En realidad la pregunta no es nada simple y salir del pozo de la autodestrucción tampoco, pero como bien reza el popular mensaje “es justo y necesario”.

El debate entre el demonio y la conciencia es una verdad inexorable que rodea la mente de todo líder o jefe de equipo con el mínimo sentido humano palpitante. La incertidumbre por saber si es o no un buen líder ataca hasta al más hábil de todos en algún momento, así que a puertas cerradas entraremos en un contacto íntimo con tu subconsciente.

¡Esto no encaja!

El primer síntoma notorio sobre el mal manejo de las emociones es sin dudas la búsqueda incansable de justificación. Por lo cual es normal sentir el deseo de argumentar con la razón algo que depende de la emoción, cuando muy en lo profundo intentas ahogar la voz de la conciencia que te dice: “ese no es el motivo”.

El hecho que no encajen los argumentos que muy finamente se han elaborado hacen que se le dé mayor autoridad al ego, y con ello nace el deseo de no dar el brazo a torcer. Porque implicaría aceptar que cometiste un error, y por alguna razón se cree que el jefe, líder, gerente, dueño de la empresa es un experto en todo que no se equivoca, y por supuesto hay que mantener esta imagen a toda costa.

Con ello poco a poco se va levantando un muro que hace más difícil la comunicación con tu equipo, crece la intriga y el recelo, hasta el punto de tener un mejor día y ninguno querer hablar contigo más de lo estrictamente necesario.

Cómo saber si manejo mal mis emociones

Ahora, no hay una fórmula exacta para saberlo, pero sí una serie de factores que influyen. De tal manera que debe descubrirlos por su propia cuenta para lograr el grado de conciencia que se requiere para cambiar de hábitos.

Para ayudarle a encontrar su propio camino, dispondré de algunas técnicas que puede seguir:

No hay porqué sentirse mal por esto. En realidad es sólo la periferia, indica que muy profundamente hay un problema del que tal vez no seas consciente, bien sea la necesidad de reconocer tus propios talentos, darte un momentos de descanso, fortalecer tu relación contigo misma, o simplemente llenarte de endorfinas para canalizar tus emociones de manera saludable.

Este es un momento por el cual todas las personas maduras han pasado, con mayor o menor énfasis, y del cual depende de gran manera la reivindicación. Así que se amable con tu pasado y tu presente para construir el futuro dónde te ves mejor, aceptando y reconociendo que es un proceso paulatino que debes afrontar, ya que el aceptarse profundamente humano es la base para mejorar.